
Tarde de domingo apacible para el Real Madrid en Palma ante un Mallorca que se queda congelado en los puestos de descenso. El río revuelto que era el conjunto blanco hace un mes comienza a bajar tranquilo mientras que al Mallorca el agua le moja el cuello cada vez más. Los bermellones tenían ausencias importantes (Josemi, Varela y Aduriz) y Manzano optó por abrigarse con cinco centrales y tres pivotes en el centro del campo.A los tres minutos, Casillas advirtió que alguien se había dejado la ventana abierta y sacó rápido para que Higuaín pillase resfriada a la zaga local. Ya sabían que el peligro se llamaba Robben pero nadie pudo evitar que la primera carrera del holandés por la derecha acabase en el 1-0. Qué gran verdad aquello de que el fútbol es un estado de ánimo.El plan de Manzano era papel mojado y ahora mismo el Mallorca no está para hacer papiroflexia. El Madrid lo sabía y se fue a resolver el partido lo antes posible. Higuaín vio otra herida abierta por la derecha y empeñó en entrar por donde debería haber tenido vedado el paso. Lo consiguió con ímpetu y se la regaló a Raúl, que adornó con un taconazo su partido 500 en Primera División el Real Madrid con un gol marca del siete. Con el partido en el bolsillo, el Madrid hizo un partido inteligente sin complicarse lo más mínimo. Desde que llegó Juande el equipo se ordena mejor atrás y ya no es extraño que Casillas no tenga que recoger balones de sus redes como un pescador. Acumular tres partidos consecutivos con la meta a cero es un síntoma de salud, aunque ante el Mallorca fue más fácil.Gago y Sneijder volvieron a recibir la estimable ayuda de un Lass que parece haber entrado con buen pie en el equipo. Cumple con su trabajo sin florituras y aporta músculo. De momento, la ficha de la Champions es para él. Huntelaar vio desde el banquillo como Higuaín daba la razón a Juande por confiar antes en el argentino. Dio dos asistencias de gol y estuvo a punto de lograr el tercero tras otra internada de un Robben que hacía y deshacía a su antojo.
Sin respuesta del Mallorca
Sin respuesta del Mallorca
En la segunda parte, el panorama para el Mallorca siguió siendo desolador. Pudo quizás cambiarlo Arango, pero el venezolano mandó alta la mejor ocasión de todo el partido para los de Manzano en uno de los pocos despistes de la zaga blanca. Pasado el susto, el Madrid siguió explotando las contras con Casillas como lanzadera. El meta madridista volvió a sacar rápido y se la dio a Van der Vaart, que dejó a Robben otra vez solo ante Aouate. El holandés, convertido en referencia del equipo por su velocidad y desborde, la mandó esta vez al poste. La zaga del Mallorca despejó y el balón fue a parar a Gago, que abrió con clase a la derecha para que Sergio Ramos saciase sus ansias de marcar con una volea que se coló por debajo de las piernas de Aouate.El meta israelí pidió fuera de juego con razón. El sevillano estaba en posición antirreglamentaria pero Undiano Mallenco, pese a ser el mejor árbitro de la Liga BBVA, se equivocó arrastrado por su linier. Con todo sentenciado llegó el momento de dar minutos a Palanca y Huntelaar, que volvió a tener una oportunidad de marcar y no lo hizo. Mal asunto si empieza a coger fama de fallón. El partido se ensució en la recta final sin que se produjesen heridos.
Lejos pero detrás
Lejos pero detrás
La única víctima del partido fue el Mallorca fruto del planteamiento de Manzano y de la incapacidad de sus jugadores. El Real Madrid agradeció las facilidades que le ofreció el Mallorca y subió un peldaño más en su escalada utópica hacia el Barça. De momento, los blancos siguen lejos pero ya encabezan el grupo de perseguidores que sueñan con una pájara del líder.
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