

Un impresionante mosaico recibía en Nervión a Sevilla y Real Madrid, dos equipos que se jugaban el todo por el todo en esta Liga este domingo víspera de Feria en la capital andaluza. Tras el empate en Mestalla de Valencia y Barcelona, rivales directos de sevillanos y madridistas, ambos conjuntos saltaban al césped con la obligación de sumar los tres puntos para así acercarse un poquito más a sus respectivos objetivos. El del Real Madrid, por supuesto, era quedarse a cuatro puntos del líder, lo que le permitiría seguir soñando, ahora con más fuerza, con el tercer título consecutivo. La gesta ante el Getafe, unido al tropiezo del Barça, dio fuerza a un equipo que afrontaba el encuentro ante el Sevilla con algunas bajas importantes, como la de Pepe o Robben, pero con el mismo espíritu de fe que había hecho que el cuadro de Juande Ramos sumara dieciséis victorias y un empate en los últimos dieciocho partidos. Tablas en la primera mitad El técnico madridista, en su vuelta al Pizjuán, optó por un once inicial con Raúl como hombre más adelantado, acompañado por Higuaín y Marcelo en las bandas y con Guti como enganche entre el centro del campo y el capitán madridista. El ‘14’ blanco recibió de primeras la marca del argentino Duscher, todo un perro de presa que anulaba cualquier intento del Madrid por conectar con el genial centrocampista blanco. El Sevilla, por su parte, salió en tromba en los primeros minutos, con Kanouté y Perotti especialmente enchufados. Fue el malí el protagonista de la primera ocasión de peligro para los locales, en un balón que finalmente cedió para que Romaric, entrando desde atrás, sacara un disparo demasiado forzado que acabó atajando Casillas. En la siguiente jugada (min. 15), el Sevilla conseguiría adelantarse con un gol de Renato, que cabeceó al fondo de la red un centro medido de Perotti desde la izquierda. El Sevilla empujaba y el Madrid no veía la forma de quitarse la tremenda presión de los nervionenses. Pero este dominio local duró lo que tardó Guti en quitarse de encima a Duscher. Es decir, veinte minutos. A partir de ahí, el Madrid comenzó a circular el balón y a acercarse a los dominios de Palop, quien en el min. 29 deshizo lo que podía haber significado el uno a uno tras ganarle un mano a mano a Higuaín. El argentino, protagonista de la última victoria ante el Getafe, gozó seguidamente de una nueva oportunidad, aunque esta vez su disparo salió desviado al lateral de la portería sevillista. El Madrid buscaba el empate, y lo hacía de manera ordenada y sin dejar jugar a su rival, que parecía haber perdido el ímpetu de los primeros minutos. No fue Higuaín, sino Raúl, quien finalmente logró perforar la portería rojiblanca al filo del descanso. El capitán madridista aprovechó un buen pase de Metzelder desde el borde del área grande –buena internada del defensa alemán- para batir a Palop con un tiro cruzado. Decimoséptimo tanto de Raúl en la liga y partido abierto de cara a la segunda mitad. Hat-trick de Raúl Tras la reanudación, el Real Madrid continuó con su intención de llevarse la victoria. El conjunto blanco se mostraba más entero que su rival, algo desdibujado sobre el terreno de juego. En el min. 52, Gonzalo Higuaín tuvo el segundo en sus botas, pero el argentino no tuvo fortuna de cara a portería. Ante la avalancha madridista, Jiménez movió ficha sacando a Luís Fabiano. Más artillería para la primera línea de ataque sevillista. Fue en vano. El Madrid no iba a desaprovechar la última oportunidad de pelear por la Liga. El orgullo de vestir esta camiseta se lo impedía. Demasiado trabajo y esfuerzo en los últimos meses como para tirarlo por la borda a las primeras de cambio. Con esta premisa, el equipo se vino arriba, y de nuevo Raúl conseguía el segundo para los blancos tras empalmar un zurdazo que acabó en el fondo de las mallas. Corría el min. 62 y el Real Madrid había logrado lo más difícil. O lo más fácil, teniendo en cuenta las remontadas a las que nos tiene acostumbrada esta plantilla, que batió esta tarde el récord de victorias consecutivas fuera de casa. Ocho. Ni más ni menos. Pero el encuentro no tenía escrito su final. Raúl tenía hambre de gol, y tres minutos después de conseguir el segundo, firmaba su particular hat-trick al beneficiarse de un error de Palop. Tanto de pillo. A todo esto, y cuando el partido se había puesto de cara para los blancos, Capel hizo de las suyas anotando el 2-3 para el Sevilla. La afición rojiblanca apretó de lo lindo en los minutos finales, pero el Madrid ni siquiera se inmutó. Bien plantado sobre el césped, los blancos cerraron espacios y terminaron sentenciando con un contragolpe que finalizó de forma espléndida Marcelo en el último suspiro.